Al momento de la elección del pollo, deberás tener en cuenta:
- La piel del pollo debe ser clara, no confíes cuando la piel está babosa o arrugada.
- Si el envase del pollo contiene mucha agua, no lo compres.
- La piel debe estar entera en toda su extensión.
- Debe percibirse un olor fresco.
El pollo debe consumirlo cuanto antes:
- La carne de pollo debe ser lo último que se compre antes de abandonar la tienda.
- Para evitar que se rompa la cadena del frío, transporte el pollo en bolsa térmica.
- Si no va a consumir la carne de pollo en 24-36 horas, mejor que la congele.
- Evite que la carne de pollo entre en contacto con otros alimentos, guárdela en un recipiente y colóquela en la parte más fría de la nevera.
- Cocine bien el pollo para asegurar que las bacterias se destruyen, y después de cocinada, no la deje a temperatura ambiente, ya que si quedaran bacterias, éstas se podrían reproducir.
- Puede conservar la carne cocinada que le sobre en el frigorífico un máximo de 2 días, pero cuando vaya a comérsela, asegúrese de calentarla bien.
Al momento de la cocción:
- Podés elegir hacerlo al horno, a la cacerola, a la parrilla o frito.
- Si querés hacerlo más saludable retirarle la grasa y la piel.
- Una buena forma para desgrasarlo es hacerlo a la sal.
- Para que no se sequen, podés cocinar pechugas de pollo es mejor envolverlas en papel de aluminio y, para darle sabor, coloca hierbas frescas.